jueves, 22 de mayo de 2008

Del olvido al no me acuerdo




En la escuela a uno le dicen que deberá ser capaz de hacer en minutos dibujos para los posibles clientes o personajes que en extraños universos tendrán la necesidad de gente como nosotros. Deben hacerse sin modelo o referencia alguna.

Pero la memoria, el aliento, los sueños y el cánon sublime de la perfección titilan en mil imágenes por segundo en la mente... no hay una referencia de lo ideal, hay millones. Sólo los expertos discriminan con habilidad y saben cuándo detenerse.

Es así como se va engrosando la colección de obras inconclusas y en ellas pueden encontrarse similitudes con la propia vida o la vida propia. Al final son fragmentos de algo que no cuajó, uno puede preguntarse el por qué o forzar la conclusión, pero hay un denso misterio que los envuelve y se acaba dándoles la espalda por miedo o decepción. A veces son ellos quienes dan la espalda.

"¿Qué hice mal?" se preguntan los amantes en situaciones así, pero la respuesta llega mucho, mucho tiempo después. Acá uno simplemente se da cuenta de que la cagó pero se tarda demasiado en enmendar el error.

domingo, 11 de mayo de 2008

Póst umo

Mi solitaria visita al museo.


Durante un buen rato estuve atareada con cosas mundanas y triviales como ganarme el pan, eso me mantuvo alejada de la gratificante tarea de bloguear y leer blogs en abundancia. Puaff! mentira, ni blogueo ni leo más que un puñado de blogs de vez en cuando, pero sí estuve ganándome el pan.

Luego, tras violenta discusión con la autoridad renuncié a mi tedioso trabajo de media vida, ahora me sientro entre aterrada y liberada, pero creo que es más de lo último, porque los colores del espectro son más brillantes.

También me doy cuenta que el puñado de blogs que leía tuvo sus bajas. En la corta lista de vínculos, sólo cuatro blogs siguen activos, y de ellos sólo dos con actualizaciones regulares. Como estoy en la peor posición para emitir queja por deserciones, no queda más que guardarles su segundo de silencio si cabe, porque además apenas si conocí a alguno de los hoy ausentes y yo estuve a punto de hacer lo mismo.

Espero que Bob Ochmoniak no haya muerto o algo peor, porque sí hay cosas peores. Seguro no soy la única que extraña sus elegantes relatos escatológicos.

Así que.

Limpiaré la pizarra y abriré espacios disponibles a la gentil ocurrencia.

Si por azares del destino y macabros laberintos del cyberespacio se encuentra usted leyendo ésto, tiene un blog decente o muy, muy indecente y le interesa un vínculo en esta madriguera, deje su dirección en una post it que no sea color pastel. Estancia de un mes garantizada, o hasta que encuentre otros blogs por medios propios,que es lo que todo el mundo hace y yo ya no.

El tiempo vuela y el segundo de silencio transcurrió, hora del "fresh start".