miércoles, 19 de octubre de 2005

La Causa (o la excusa)

El otro día, mientras peleaba con una nuez me cayó un veinte (celestial habría sido que me cayera "EL veinte", pero no...) y se me ocurrió que éste humilde blog luce desierto y descuidado... ni links monos, ni abundancia de prosa elocuente, ni nada...

Pero entonces también quise pensar que va bien conmigo, así como la mugre y los piojos al pordiosero y las uñas negras a los mecánicos... como un sutil emblema del oficio. Y es que lo mío no son las letras, yo debería estar peleando con lo que pelean los de mi gremio... que ya no son pinceles, puesto que ya no se les llama "pintores", pero le voy a dejar así antes de que divague y se me ocurra hablar de arte conceptual (que el osito Bimbo nos ampare).

Lo mío tampoco es pensar con mucha estructura, por eso también me frustro escribiendo y al final yo misma me doy hueva... pero el caso es que cada vez que escribo me siento medio traidora.

Oh, amarga monotonía, por qué me haces ésto a mí?

Ah... pues tal vez porque para "pintar" casi siempre exijo un chingo de factores favorables de todo tipo y para escribir me basta con que se me anochezca sin sueño. (Cualquier similitud con la diferencia entre masturbación y sexo es mera coincidencia)

Ajá! y si esto como está luce medio revuelto y sin sentido, déjeme decirle que además tengo un montoncito de borradorcillos chafas huérfanos, mancos y tuertos que mal-engendra el insomnio... pobrecillos, pero es mejor que nadie los vea.

Para acabar pronto, este blog se queda jodido y escueto como está porque si no acabaré sintiéndome más culpable y extravíada de lo que ando ya... ah, porque ésa es otra... como escribiendo me siento un poco la esposa infiel del marido modelo... tons, pues me deprimo.

Ah, pero qué mente tan conspiradora la mía.

sábado, 15 de octubre de 2005

Lo cierto



Quisiéramos y a veces creemos tener el control de nuestras vidas, es un eterno juego de certidumbre e incertidumbre... ambas son un poco mortales.

Se puede decir que matan... y por qué no distribuir culpas a placer? hasta el aire que respiramos desgasta nuestros pulmones mientras envejecemos, así que como dice el título de la película: "Vivir mata".

Además del colesterol, las toxinas, los contaminantes, las crisis nerviosas, la radiación, las herencias genéticas, los noticieros, los virus y bacterias, el rechazo, los vestidos de quinceañera, los desatinos políticos, los errores de contabilidad, las malas dietas, las resacas, la nicotina, la sal, los reality shows, las galletas húmedas y cualquier representación de cachorro regordete con leyendas cursis... ow... son tantas cosas que seguir es deprimirse, pero además y por si fuera poco:

Mata saber que no hay vida suficiente para verlo y conocerlo todo... que no podrás ver todas las ciudades, aprender todos los idiomas, vivir todas las cosas que parecen interesantes. Mata sentir que deberías estar en otro lugar o que tu vida pudo ser distinta.

Mata no saber qué tanto te perderás o te perdiste... la constelación de "hubieras", la desazón de la añoranza por otros, tangibles, ficticios y esa mala costumbre de invocar imposibles.

Si tan sólo fuéramos un poquito más silvestres y usáramos el instinto sabiamente como los animales... por pura conservación, por lo menos nos concentraríamos más en la carrera siempre por lo que sigue y nada más.

Si miráramos más hacia fuera que de costumbre dejaríamos de tropezar con nuestros pies.

lunes, 3 de octubre de 2005

Y Desamor

Dulce amor
hoy te vas,
te pido perdón.

Esta noche extirpo
las cucharadas de cariño
que te puse sobre los párpados
por las mañanas.

Cuando esté oscuro
voy a arrancarte las entrañas.

Voy a rasgar tu piel brillante
y a buscar tu corazón
para atarlo a plomos
que duerman bajo el agua.

Voy a clavar agujas bajo tus uñas
y a besar las yemas de tus dedos.
Voy a tararear mi dolor
en tus cabellos.

Voy a succionar tu aliento
para impregnar con él la madera de tu estuche
y finalmente lo dejaré sobre la hierba.

No voy a enterrarte.
Ya te habrás ido.