jueves, 22 de septiembre de 2005

Introducción al Imperio del Morbo




MORBOSITO: Animalillo de felpa que lee los mensajes de todo teléfono celular que caiga en sus pachonas manitas.

MÓRBIDO: Primo de Pérfida, a quien suele espiar durante sus encuentros con parejas múltiples en el cementerio del condado.

METAMORBOSIS: Fenómeno mediante el cual un individuo se percata, acepta y cultiva su naturaleza morbosa superando el recato y pudor.

MÓRBIX: Misterioso punto cercano al cérvix que todo hombre quisiera encontrar. "The Mórbix has you"

MORBILLOS:
Pústulas ardorosas que brotan en las yemas de los dedos por leer "Alarma!".

MOHORVÁ: Dios del morbo, patrón de los chismosos, creador del orificio en la pared de alcoba, pastor y consejero de productores de tv, señor del escándalo y precursor del "cámara per cápita".

MORBONJA: Obesa matrona chismosa cuya piel tiene la textura de un enorme cítrico.

MORBÓN: Sujeto perteneciente a la secta que rinde tributo a Mohorvá y se congrega en los shows de Cristina o equivalentes geográficos.

MORBICIDIO: Procedimiento similar a la lobotomía, mediante el cual se suprime el gen del morbo y que se alega produce muerte intelectual.

MORBEO: Personaje mítico que poseía la facultad de percibir, observar y atrapar los perturbadores sueños cachondos de los mortales, elaborando a partir de su condensación un elíxir tóxico.

MORBIOSERO: El que se limita a leer de reojo las notas policíacas del periódico viejo con que le han envuelto la fruta o el pescado a los demás.

MORBOHÓLICO: Todo individuo con la falsa idea de que puede renunciar a ser morboso el día que se lo proponga.

AUTOMORVILISTA: Personalidad secreta de todo individuo que sabe conducir y que aflora ante cualquier accidente de tránsito haciéndole competir con los demás a ver quién puede ir más despacio junto al área de colisión.

MÓRBULA: Mítico listado de ingredientes que conforman el elíxir tóxico creado por Morbeo, cuya receta de elaboración fue descubierta por antropólogos y vendida en forma clandestina al gremio de la publicidad y mercadotecnia.

MORBIFICIO: Perforación de diámetro discreto producida de forma natural o intencional en paredes, pisos o techos y a través de la cual es posible ver o escuchar limitadamente, se llama también así a las legendarias ranuras de cerrojo.

MORBAL: Ejemplar típico que presenta la conducta estándar del morboso común.

AMORBAL: Ejemplar excepcional con deficiencia congénita del gen del morbo y que logra desarrollar actividad cerebral.

MORBO: Breve compendio


Constantes aunque breves momentos de reflexión me han llevado a un ensayo de análisis y clasificación algo torpe, poco extenso, pero relajante (para mí, claro está) de tan singular virus humano.

Agradeceré contribuciones, comentarios y nuevos términos que le enriquezcan, ya que como es evidente, se encuentra en pañales aún. Sigo en incansable persecución y estudio de nuevos ejemplares.


MORBO DOCUMENTAL: El de los sujetos que justifican su morbo atribuyéndole fines de investigación por absurdos que parezcan.
Ej: Las inclinaciones homosexuales de los crustáceos en edad madura.

MORBO CONTAGIOSO: Aquél que despierta interés inmediato voluntario o involuntario cuando se manifiesta en alabada y trivial sea la charla o programa de tv.
Ej: El número de vibradores encontrados en las habitaciones del palacio de Buckingham.Ej2: Tomas repetitivas de un toro embistiendo la ingle del matador.

MORBO GEOGRÁFICO: El de aquéllos que clasifican y se interesan en lugares alrededor del mundo de acuerdo sólo a las peculiares costumbres de sus habitantes.
Ej: La cantidad de perforaciones corporales y su ubicación fisonómica durante los rituales nupciales en las tribus Quetemepongo.

MORBO MEDIOCRE: El de quien se conforma con la clandestina y veloz lectura ocasional de números atrasados de revistas chismosas de farándula en el baño de la suegra.

MORBO FANTÁSTICO: Especializado en sucesos imposibles o al menos improbables.
Ej: El hallazgo de un rubio rizo del vello púbico de Marilyn Monroe.Ej2: El misterioso apareamiento de las especies alienígenas.

MORBO NECIO: El de quien se empeña en mirar bajo las faldas de los maniquíes.

MORBO METÓDICO: El del que se complace en revisar cajones sólo para ver cómo otros acomodan sus cosas.

MORBO MASOQUISTA: Dedicado a coleccionar material censurado de todo tipo sin tener nexo alguno con la lucha por la libertad de expresión.

lunes, 5 de septiembre de 2005

Retazos de género


Durante mi selvático exilio me he encontrado con la incómoda cuestión de que no hay mucho qué hacer, así que he revuelto libreros viejos y cajones buscando algo qué leer. La humedad y el polvo hace que todo libro parezca una reliquia, pero ya fijándome en las fechas de edición, resultó que eran reliquias auténticas de antes de que yo naciera.

Por ahí encontré al predecesor del célebre best seller "Caldo de pollo para el alma de la mujer" que se titulaba "Amantes buenos, amantes malos y otros", nada que valiera la pena leer, pero tal vez sí hojear (morbo)... una compilación de entrevistas a mujeres estadunidenses quejándose amargamente de las patéticas relaciones con los hombres y una pequeña, discreta sección que hablaba del amor entre mujeres.

Tengo una buena noticia para las escritoras (no se bastó una sola de ellas para escribir un libro flaco... tsk) y casi me dieron ganas de escribirles una cartita si no me hubiera asaltado la idea de que probablemente estén muertas o algo así...

"Estimadas feministas vetustas:

Me complace escribirles del futuro... no, no... Me complace informarles que en la primera década del segundo milenio a las mujeres no les importa que los hombres piensen que ellas sólo quieren cazarlos y casarse. En realidad no les importa porque una buena cantidad de ellas de verdad no quiere casarse. Aunque les resulte inverosímil, hombres y mujeres tenemos derecho a ser miserables por igual y casi casi por las mismas razones, pueden quedarse tranquilas, el movimiento ha rendido sus frutos."

jueves, 1 de septiembre de 2005

Amor

Puedo parecer una neurótica bruja amargada (y tal vez lo sea), pero es sólo que mis fraseos de obsesión y lujuria tienen receptor confidencial único, como debe ser y será hasta el día que para mi sorpresa, me brote el talento de Neruda o Benedetti.

"El amor es un tipo de locura. Los que la padecen deben ser tratados con precaución porque no escuchan nada de lo que se les dice y esperan que a todo el mundo le interesen muchísimo todas esas historias raras e inverosímiles sobre alguien a quien seguramente no conocerás" Steven Appleby

Ensayo de un dolor



Plenamente consciente de la abundancia de poemas, composiciones y odas magistrales tanto modernas como ancestrales que de forma continua brotan bajo el yugo de la pérdida, el vacío, el abandono, el desamparo, el rechazo y el extravío,(entre tantos otros. Agregue aquí su su desazón:______________)me atrevo a cometer la insolencia de alzar unas líneas por un dolor mundano y trivial (como a fin de cuentas es cualquier dolor ajeno): un dolor mío.

A este dolor lo llamo mundano y trivial por respeto a tantos otros dolores del alma o del corazón, dirán los que lo tienen más blando, pues se trata de un simple y llano dolor físico cuyas causas y características sintomáticas vale más omitir para evitar reducirlo a lloriqueo de consultorio, ya que después de todo me he tomado la molestia de rendirle esta extraña especie de tributo aunque tampoco pierdo de vista que todo esto pueda sonar simple alarde y excentricidad.

Es frustrante hablar de dolores, siempre habrá alguien que diga "pero...¿cómo te duele?...¿qué tanto te duele...? Es como si... te golpearan duro con un bate o es como si te cortaran con una navaja?...¿seguro que es dolor... o es ardor?". Y siempre resultará tan sencillo clasificarlo o cuantificarlo como saber qué siente cada uno de los pacientes en la sala de emergencias de un hospital por la torsión de sus muecas o la prolongación de sus quejidos. El dolor lejano puede ser desagradable pero no del todo intolerable, la perfecta muestra de que el dolor ajeno no hace tilín es el doctor que realiza una curación de fractura expuesta sin anestesia mientras dice "seguro que puede aguantarse un poquito, ¿verdad?".

Pues bien, érase una vez un dolor intenso, que llegó a serlo tanto que hizo a la mente alcanzar un peculiar grado de lucidez en el que aunque no pensaba nada, mil ideas se encendían y apagaban dentro de ella en fracciones de segundos.

En momentos así, a pesar de que los ojos están abiertos, se tiende una pantalla negra tras ellos y puede verse todo pero nada tiene sentido, podría decirse que el dolor es obscuro porque se pierde la voluntad de ver; una ansiedad silenciosa lo invade todo y el aire pareciera tomar la densidad del chapopote. Pronto se tiene la impresión de estar en la palma de una mano enorme que comienza a cerrarse pero nunca termina de hacerlo, lo único que atraviesa aquélla presión es el destello de mil veloces pensamientos de terror.

Me atrevo a decir que el miedo es dolor y viceversa, entonces sólo esa relación luce obvia. El dolor lo tergiversa todo y desproporciona el tiempo también, que parece prolongarse idefinidamente ante lo cual, la única palpitación constante y creciente es la del pánico por una intuición de que aquéllo puede seguir. Todo sucede en instantes tan relativos como puede ser la duración del dolor en sí, la mente es poco resistente al pavor que le producen esas sensaciones y la idea de que puedan prolongarse; durante los destellos ha tratado de explicarse, de encontrar una salida "¿cómo detenerlo?, ¿cómo se le apaga...?", entonces vuelca su desesperación en una sola idea, un sólo deseo: la muerte, la desconexión del intrincado cableado nervioso, todos los sensores, todo aparato que lo alimente y sostenga el ciclo vital que transmite los impulsos eléctricos que contribuyen a ése infierno. Una vez que esa idea brota, todos los pensamientos giran en torno a ella hasta transformarse en copias burdas y armar un coro barroco que repite lo mismo una y otra vez a tiempos distintos, provocando que el sonido se empalme sobre sí mismo y se convierta en estruendo, hasta que cada fibra del organismo se concentra en una misma invocación de muerte.

De chica leí por ahí que el dolor es la pasión del alma, siendo así se le pueden atribuir flamas tan intensas como las de otras pasiones humanas, sean viles o nobles pero que en breve arrasen con toda idea, recuerdo o pensamiento que no sintonice con ellas.

El que ama lo hace a todas horas y vive suspendido, infectado de ilusiones cada pensamiento; el que odia hierve de forma perpetua, contaminada hasta la última neurona en esa esencia de ardor. El dolor, independientemente de lo que dure, arrasa también y consume todo en su palpitación; el escándalo ensordecedor que produce satura por completo el panorama mental y cuando se ha ido es como ver el horizonte tras la desolada devastación de un bosque quemado.

El alivio y la gratitud que el dolor deja detrás parecen tan luminosos que se desvanecen lentamente mientras la mente alcanza un funcionamiento de niveles filosóficos: el aire parece más dulce, el verde de los árboles más tierno y los sonidos más encendidos e inquietantes... una muerte express y un renacimiento en miniatura.

Así, la relación muerte-dolor es mucho más estrecha de lo que a todos nos gustaría y en muchos casos lucen equivalentes. Todos intuimos sufrimiento del brazo de la muerte, de ahí que tantos digan que no temen a la muerte, sino al dolor... y cómo no?.

Sin embargo, es la muerte el final de todo dolor y es la vida la que nos hace padecer todo tipo de sufrimiento; el dolor es un claro síntoma de estar vivo aunque deseando morir, un acercamiento a la muerte en instantes en que la vida se agita intensa.

Es de suponerse que el dolor es también contribuyente de los espectaculares cambios de actitud y el optimismo renovador casi cursi de las personas con experiencias cercanas a la muerte con o sin túnel luminoso.

El dolor, la vida y la muerte son misterios ancestrales pese a que todos participamos de ellos constantemente, ya era hora de que nos hubiéramos resignado a simplemente aceptarlos y dejarlos en paz, pero entonces no seríamos los insolentes mortales que aderezan su complejo mundo con reflexiones diversas, algunas, más bien desorientadas, como ésta.