lunes, 12 de marzo de 2007

No más penumbras



Como no tengo grandes necesidades, en mi paupérrima habitación a la cama sólo la acompaña el clóset. Recientemente, lo que sí comenzó a molestarme era tener que dejar los libros en el suelo para levantarme a apagar la luz por la noche.

Estoy acostumbrada a las herramientas, pero jalar cables, golpear y usar pinzas de todo tipo toda la tarde me recordó que hace mucho tiempo que no se me descompone nada. Al final, haber resuelto una trivial necesidad cotidiana me hizo sentir repentinamente heróica. Clap, clap.