Hágalo usted mismo

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¿Tiene un trabajo, ingresos y vida estables desde hace años y aún tiene la sensación de que la vida no le trata como debiera?

No deje que los demás le hagan la vida imposible y se lleven el crédito por cosas que están al alcance de su mano, sea de una vez y por todas el único protagonista de su propia existencia, hágalo usted mismo!!!

Sólo tiene que olvidar las llaves tantas veces como sea posible (Nota... las del carro dentro del carro cerrado y con la alarma encendida, las de la casa, dentro de la casa, un error de intercambio arruinaría el encanto y la funcionalidad de todo el ejercicio, tenga a mano el número del cerrajero más caro de la ciudad).

Despedorre o desajuste todos los relojes de su casa, el del celular y el que lleva siempre consigo para vivir constantes e incomparables momentos de angustia y desorientación, si tiene pareja o familia podrá culparlos a ellos por sus retrasos e iniciar violentas discusiones que le harán perder más tiempo.

Rellene las puntas de sus zapatos con papel periódico, eso le brindará a su expresión ése aire de "no me jodas" a lo largo del día, lo que hará que sus compañeros de trabajo y vecinos respeten y envidien su recio temperamento.

Olvídese del cine, las telenovelas, las comedias, los deportes y el ejercicio, ¿a quién le interesa relajarse en un mundo que de una u otra forma va a asesinarlo violentamente? Limítese a ver las noticias y elija con cuidado los canales amarillistas que le hagan sentir más angustiado. Los documentales sobre devastadores virus y pandemias que podrían azotar el mundo cualquier día de éstos, así como los informes y detalladas imágenes de ejecución "sesos al aire" de víctimas de la agrupación terrorista de moda o el retrato hablado del asesino de la cuadra (hoy día, toda ciudad lo tiene) también serán efectivos.

Relaciónese lo menos posible y responda con hostilidad hasta la frase más cordial, así sabrá con seguridad por qué los demás lo aborrecen y no desperdiciará horas de sueño preguntándose por qué demonios nadie lo quiere y qué es lo que ha hecho mal.

Consiga el teléfono de un psicoterapeuta costoso y véalo tres veces a la semana, así descubrirá que su vida ha apestado desde el inicio y la hará más miserable en el futuro.

Torture a su pareja con los reproches más absurdos que su imaginación pueda elaborar con una constancia de rutina religiosa y repetitiva, use en todas sus frases el lexema "ching":

Ej: "¿Y ora qué chingados traes?"
"¿Dónde está el chingado papel de baño?"
"Ora sí muy chingon(a), no?!"
"¿Por qué te chingas todo el jamón?"
"¿Quién chingados es ése(a)?"
"Éstas son chingaderas!"

Así que su hogar se impregnará de una densa atmósfera que mantendrá sus reflejos agudos.

Olvídese también de las vacaciones, ¿para qué malgastar dinero que puede invertir o guardar para cuando haya muerto y provocar así que los miembros de la familia se destripen unos a otros?

Haga siempre a un lado las dietas altas en fibra, nada templa más el carácter y pule el alma por medio del sufrimiento como una cagada dolorosa, procure averiguar cuánto tiempo puede controlarse y cuando se acerque a su límite elija siempre ése preciso momento para ir de compras al supermercado, le sorprenderán las cosas increíbles que no necesita y ha comprado en medio de la escalofriante contracción de esfínteres.

Escóndase los recibos de agua, luz y teléfono con el fin de gastar unas cuantas horas de pie haciendo filas purgatorianas.

Como receta doméstica infernal, diga adiós a la sal, los aceites y condimentos de cocina, una comida insípida afilará su humor para el resto del día.

Mantenga siempre en mente que ahora usted es "El Chingón" y ha comenzado a tomar las riendas de su vida y que si los demás lo miran feo es sólo porque envidian su temple y resolución para hacerlos por fin a un lado.

Su mayor satisfacción en adelante será que nadie podrá decirle "Te chingué" porque usted ya se les habrá adelantado.